Domingo 27 de julio de 2014 | Publicado en edición impresa
La calidad de vida en debate
Trabajar menos horas; trabajar más años
Economía
El millonario Carlos Slim propuso una jornada semanal de tres días con 11 horas de actividad y un retiro laboral tardío; despertó un debate que involucra cuestiones sociales y necesidades de la economía
Por Silvia Stang | LA NACION
Un límite máximo a la cantidad de horas de trabajo. La primera disposición de la normativa laboral internacional estuvo referida a un tema que, casi un siglo después, es también protagonista de un debate en el que entra en juego una compleja serie de factores.
¿Cuánto tiempo del día, de la semana, de la vida misma, se le dedica al trabajo? ¿Es razonable la relación entre la cantidad de horas dedicadas a producir y las ocupadas en otras cuestiones? ¿Cómo se logra un equilibrio? ¿De qué manera repercute en la economía de toda una sociedad la manera en que se organizan las tareas de cada trabajador? ¿Es viable la idea de redistribuir el empleo con una reducción de las jornadas, sobre todo en sociedades afectadas por el desempleo, pero también por la insuficiencia de ingresos?
Tras el desastre de la Primera Guerra Mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), nacida por aquel entonces, se propuso hacer un aporte a "la paz social". Su convenio número 1, de 1919 y al que adhirieron decenas de países, fijó la regla que es aún hoy la más frecuente en gran parte del planeta: una semana laboral de no más de 48 horas, repartidas en 8 horas de jornada diaria regular. En primer lugar dirigida a la industria, la construcción y el transporte, la directiva se extendió luego al comercio y los servicios.
Ya en un nuevo siglo, y aun cuando no se ha limpiado al mundo de situaciones de alta desigualdad y hasta de esclavitud, hoy la tecnología, las nuevas formas de organización familiar y social, las crisis recurrentes del empleo y la mayor esperanza de vida, entre otros factores, llevan a repensar cuánto y cómo se trabaja.