“Latinoamérica tuvo viento de cola, pero ahora viene de frente”
Entrevista.El economista español José Carlos Diez afirma que la situación internacional cambió. También explica el impacto del estancamiento chino y el complicado futuro de la Argentina.
El economista José Carlos Diez, uno de los más destacados de España, advierte sobre el impacto global del estancamiento chino, pero también desanuda los desacertados manejos internos del régimen de Beijing. Con sencillez de experto -y paciencia docente- resume también los problemas que enfrenta Latinoamérica, donde “terminó el viento de cola” y comenzaron los ajustes. Sobre la Argentina, es directo y descarnado. “Con una economía estancada y una inflación del 25 %, tenéis un problema”, dice con tono castizo, en una entrevista exclusiva con Clarín durante su visita a Buenos Aires.
¿Qué sucede con China?
Bueno, China tiene un problema. Lo que le ha pasado a China es que se han hundido sus exportaciones porque el comercio mundial está cayendo. Son sus clientes a los que les va mal. Los chinos hicieron un programa de gobierno extremadamente exitoso en los últimos 30 años. Pero se focalizaron en la exportación y el sector industrial, pensando que los de afuera les iban a comprar y se encontraron con que los de afuera no les compran. En el mundo, de momento, no se puede exportar. El consumo mundial, en conjunto, no va. Va bien el consumo norteamericano, el Reino Unido aguanta, Japón cayó, Francia está estancada, Alemania está debilitada y el consumo en los países emergentes ha dejado de crecer. En los últimos tres años el consumo en países emergentes había compensado la debilidad europea, y Europa había vivido de las exportaciones a América Latina y a Africa, principalmente. Ahora llegó un periodo en donde América Latina y Africa, países productores de material prima, tienen que hacer un ajuste, y los países con ahorro tienen que gastar.
¿Cómo afecta al mundo la situación en China?
China es una especie de correa de transmisión mundial, y se ha frenado. Al parar la máquina fabril china, tiene un impacto mundial. Lo estamos viendo en el precio de las materias primas. El impacto va a ser fuerte. Hay que tener en cuenta que la economía china ya pesa casi lo mismo que la de Estados Unidos. Además, yo creo que no está creciendo al 7 % como dicen. Así que si se detiene va a tener mucho impacto. Ya pasó con Europa y ahora le pasa a China. En el mundo no hay consumo, y eso afecta a China y a sus exportaciones. Y eso es lo que va a llegar, como derivación, a América Latina.
¿China no estaría creciendo al 7 %?
Bueno, las estimaciones serias, como de Lombard Street Research, hablan del 3 o 4 %. Si miras la demanda de energía, es así. Ellos tienen un sistema estadístico atípico. China no tiene un censo de población actualizado, y es difícil estimar el consumo privado si no sabes ni cuanto son. Hay firmas privadas que están diciendo que China crece al 3 %. Algo similar en la producción de energía y la producción industrial. Ellos están en un proceso muy interesante de crear consumo interno para no depender tanto de las exportaciones. Pero el consumo pesa tan poco que no compensa. Y tienen un problema que deberán enfrentar: hay concentrado inversiones en sectores industriales que no van a dar rendimiento. Tienen mucha reservas, pero han tenido una fuga de capitales en el último año de 400 mil millones de dólares. Y una cosa a la que no están acostumbrados es que han perdido el control de algunos temas. Por ejemplo han hecho una mala gestión de la crisis bursátil. Lo digo con todo respeto, pero hay que distinguir. Sin dudas que hay un problema en los mercados financieros globales y en la regulación, y se debe resolver. Pero esto que ha hecho China de intervenir en el mercado va a tener graves consecuencias durante muchos años. Porque cuando se monta una institución como una bolsa de valores, con reglas establecidas, y en el medio del partido les cambias la reglas, te tiene que traer problemas. En la crisis de la divisa también han perdido el control. Dijeron que iban a hacer una devaluación y han hecho tres.
¿En el caso griego, cómo ve la renuncia y convocatoria a elecciones de Alexis Tsipras?
Es un movimiento estratégico en clave interna de su partido. Ha perdido el control del partido y con estas elecciones lo toma otra vez. Hará la lista que a él le interesa y tendrá gente en el parlamento que le apoyo, porque en este momento no tiene apoyo de su partido. Creo que es un movimiento desesperado, pero táctico. Es mejor que lo haga él y que lo haga la oposición.
¿La crisis griega refleja las diferencias en Europa?
Sí, creo que Grecia es un caso muy particular. Hay gran diferencia entre Portugal y Grecia, y por supuesto con otros países europeos que ya fueron rescatados como España, Italia o Irlanda. Los alemanes, sus grandes protectores durante años, han reconocido que fue un error dejarles entrar en el euro. No así en la Unión Europea. Pero entrar en una moneda única, a competir con países tan potentes industrial y tecnológicamente como Alemania, evidentemente que iba a pasar esto. Si te planteas ingresar a una integración monetaria tienes que estar preparado.
Europa en su conjunto también enfrente una situación difícil
Es una economía enferma, aunque muchos no lo quieran reconocer. Tenemos una de las tasas de crecimiento más bajas del planeta, con un problema demográfico y de envejecimiento de la población que genera un serio problema. Es una economía integrada monetariamente, pero dentro del euro hay dos economías. Hay países con bajo endeudamiento exterior, superávit con el exterior, y bajas tasas de desocupación, como Austria, Holanda y Alemania. Y luego economías con alto endeudamiento exterior y altas tasas de desocupación. Se produce un problema y una paradoja donde la política para esas dos economías es totalmente diferentes. Entonces hay una negociación interna muy compleja y un problema de gobernabilidad. Europa tiene un grave problema de toma de decisiones. Siempre actúa demasiado tarde y hace demasiado poco. O Europa mejora estos problemas o el euro seguirá amenazado. Es un área monetaria que no termina de funcionar correctamente.
Latinoamérica, que parecía despegar, ahora se detuvo. ¿Qué pasó?
Primero, creo que lo que pasó en Latino América en los últimos 15 años es muy positivo. Hubo una consolidació de las democracias que era necesaria. Y esto trajo un periodo de fuerte crecimiento. Segundo, se han aprovechado esos 15 años para hacer grandes reformas, por ejemplo reducir la deuda externa en dólares. Brasil, por ejemplo, es espectacular en ese sentido. También Chile, Perú, Argentina, Uruguay. Eso te hace menos vulnerables a estas situaciones de crisis. Ahora, hay que aclarar algo. Tuvieron todo el viento de cola durante 15 años, pero ahora aviene de frente. La fiesta de acabó. No creo que haya autoflajelarse por eso. El viento ha cambiado y ahora viene de frente. El dólar vuelve a estar fuerte, y lo va a estar más. También sufrieron una caída las commodities. Latino América tiene una baja de ingresos, de renta por exterior, y si no ajusta el nivel de vida se va a volver a endeudar y a generar tensiones inflacionarias. Si no reacciona bien, va a sufrir situaciones difíciles.
¿Qué significa reaccionar bien. Ajustar, como lo está haciendo Brasil?
Es que Brasil tiene un déficit público del 7,5 del PBI. Tenía que haber empezado a ajustar hace dos años y no lo hizo. A eso me refiero. Si no se toman las decisiones en su momento y se deja que las cosas sigan su curso, al final los ajustes son peores. Esto lo explicaba muy bien Keynes. La esencia de la obra de Keynes es que entre las causas de los problemas económicos y los efectos hay un tiempo. Ese es el tiempo que tiene la política para actuar. Si no actúa, luego se ven los efectos. Pero claro, hay que medir muy bien el ajuste. Si te pasas con el ajuste fiscal, acaba siendo perjudicial. No hay que cometer los errores que se han cometido en Europa.
¿Cómo ve el escenario para el próximo gobierno en Argentina?
La herencia económica que deja este gobierno no es la más adecuada. Sobre todo en un entorno internacional tan difícil. Con el viento en contra, un dólar fuerte, el precio de la soja en baja y dentro de una economía con desequilibrios, puede resultar complicado de gestionar. Lo del 2001 es irrepetible, eso está claro. No está en esa situación. Pero aclaremos una cosa. Tenemos la tasa de inflación de la economía mundial más baja desde que hay estadísticas, nunca se había visto una tasa tan baja. Y Argentina van por el mundo con una tasa de inflación del 25 %. Ir en sentido contrario de la vía te lleva a que chocar con todo lo que viene de frente. Yo creo que Argentina tiene que hacer una apuesta de estabilización monetaria, pero con inteligente y ordenadamente, en forma gradual. La situación está complicada para gestionarla con mucha delicadeza, pero hay que empezar a tomar medidas y poner orden. Hay un tipo de cambio dual de la moneda que hay que resolver. Y cuando hagan el ajuste del tipo oficial al tipo dual, que es el bueno, porque es el que se maneja, vas a tener un aumento de los precios. Así que tiene que ser gradual y ordenado.