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Mundo |
Jorge Bergoglio, el nuevo papa
Jueves 12 de septiembre de
2013 | Publicado en edición impresa
Vaticano - Nuevo
gesto del Papa a los no creyentes
Envió una carta a un periodista para
debatir sobre la fe
Por Elisabetta
Piqué | LA NACION
ROMA.-
"Me pregunta si el Dios de los cristianos perdona a quien
no cree y no busca la fe: la cuestión, para quien no cree en Dios, está en
obedecer a su propia conciencia. También para quien no tiene fe, hay pecado cuando uno va en contra de la conciencia."
El
Papa volvió ayer a dar señales de apertura hacia los no creyentes, al
escribirle una carta al fundador del diario La Repubblica, Eugenio
Scalfari, decano de los periodistas italianos y ateo, que fue publicada en la
portada del periódico con el título: "El Papa: mi carta a quien no
cree".
Francisco
decidió responder con una epístola a dos editoriales escritos por Scalfari el 7
de julio y el 7 de agosto pasados en su diario; en ellos, el periodista e
intelectual italiano se hacía preguntas sobre fe y laicismo. Y recordaba,
además, que era "un no creyente que no busca a Dios", es decir, una
oveja perdida, y que, para él, "Dios es una invención consolatoria de la
mente de los hombres".
"Ha
llegado la hora de un diálogo abierto y sin preconceptos sobre la fe", le
escribió el papa argentino, en una epístola que causó gran impacto por la
apertura de Jorge Bergoglio hacia quienes piensan distinto.
En
forma clara y directa, ante la pregunta de si una persona que no tiene fe, ni
la busca, comete lo que para la
Iglesia es un pecado, será perdonada por el Dios cristiano,
Francisco explicó que, como la misericordia de Dios "no tiene
límites", si uno se dirige a él con el corazón sincero y contrito, la
cuestión reside en obedecer a su propia conciencia.
"Escuchar
y obedecer" a la conciencia, aclaró el ex arzobispo de Buenos Aires,
significa "tomar una decisión frente a lo que se percibe como bien o como
mal y sobre esta decisión se juega la bondad o la maldad de nuestro
accionar".
Aunque
el papa del fin del mundo fue más allá. Preguntado sobre si es pecado creer que
no existe ninguna verdad absoluta, sino tan sólo una serie de verdades
relativas y subjetivas, el Papa fue tajante. "Para empezar, yo no
hablaría, ni siquiera para quien cree, de verdad «absoluta», en el sentido de
que absoluto es lo que está desatado, es decir, lo que adolece de cualquier
relación. Ahora, la verdad, según la fe cristiana, es el amor de Dios hacia
nosotros a través de Jesucristo.
Por lo tanto, ¡la verdad es una relación!
Tanto es así que también cada uno de nosotros capta y expresa la verdad a
partir de sí mismo: desde su historia y cultura, de la situación en que vive,
etc. Esto no significa que la verdad sea variable y subjetiva, todo lo
contrario", dijo. "En otros términos, la verdad, siendo en definitiva
un todo con el amor, requiere humildad y apertura para ser buscada, acogida y
expresada", puntualizó.
Acto
seguido, destacó que es más necesario que nunca, para poner en marcha un
diálogo "sereno y constructivo", entenderse en los términos
empleados, para no caer en contraposiciones y para reformular en profundidad
las cuestiones.
El celibato "se puede discutir"
La
misma apertura que demostró el Papa en la carta que escribió al fundador de La Repubblica, pudo verse
en una entrevista concedida por el futuro número dos del Pontífice, el arzobispo
Pietro Parolin, secretario de Estado designado, al diario El Universal, de
Venezuela. Aún nuncio en ese país, quien será el brazo derecho de Bergoglio en
el Vaticano admitió que el celibato "se puede discutir".
La
cuestionada tradición católica que impide a los sacerdotes tener pareja
"no es un dogma de la
Iglesia y se puede discutir porque es una tradición
eclesiástica", en contraposición con los dogmas "definidos e
intocables" instituidos por Jesús, opinó el arzobispo italiano de 58 años.
Respecto
del celibato, Parolin opinó que "no se puede decir, sencillamente, que
pertenece al pasado". "Es un gran desafío para el Papa porque él
posee el ministerio de la unidad y todas esas decisiones deben asumirse como
una forma de unir a la Iglesia,
no de dividirla. Entonces se puede hablar, reflexionar y profundizar sobre
estos temas que no son de fe definida y pensar en algunas modificaciones, pero
siempre al servicio de la unidad y todo según la voluntad de Dios. No es
cuestión de hacer lo que nos plazca, sino de ser fieles a lo que Dios quiere
para su Iglesia", expresó el designado secretario de Estado, que
reemplazará al controvertido Tarcisio Bertone