Lunes 04 de noviembre de 2013 | Publicado en edición impresa
Cualquiera que tenga
que estacionar el auto cada día en un lugar levemente diferente se
encontrará con que más de una vez le cuesta recordar dónde lo dejó.
"Memorizar esa posición no es difícil porque implique almacenar gran cantidad de información
, sino porque se trata de recuerdos parecidos", explica el doctor Pedro
Bekinschtein, investigador del Instituto de Biología Celular y
Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UBA.
Bekinschtein acaba de publicar dos trabajos que echan luz precisamente sobre el mecanismo que le permite al cerebro no confundir recuerdos similares.
En el primero, que se publicó en Cell Reports, mostró en roedores que
la neurogénesis [producción de nuevas neuronas] en una región del
hipocampo y una proteína llamada "factor neurotrófico derivado del
cerebro" (o BDNF, según sus siglas en inglés) son esenciales para esta
tarea. "Si se las bloquea, surgen déficits en este mecanismo", afirma.
Los científicos venían postulando que el cerebro tenía
un sistema para "distinguir" la información similar y guardarla
separadamente. Ese proceso, del que se habían desarrollado modelos
matemáticos, se llama "separación de patrones" y depende de una zona
del hipocampo llamada "giro dentado", que, curiosamente, es uno de los
dos lugares donde hay neurogénesis (el otro, al menos en roedores, es el
bulbo olfatorio).
Bekinschtein, que acaba de hacer su posdoctorado en el
laboratorio de la Universidad de Cambridge que demostró que la
separación de patrones depende del giro dentado, estaba intrigado por
esta molécula BDNF, de la que ya había demostrado durante su doctorado
en Buenos Aires que también es esencial para que los recuerdos duren.